Con tan sólo 22 años, el emprendedor Cristián Figueroa de la Región de Ñuble, fue uno de los ganadores de la primera versión de Impulso Chileno en 2018 con su panadería de masa madre. Hoy, dos años después, cuenta los diferentes rumbos que tomó su emprendimiento, los obstáculos que tuvo que superar y cómo la pandemia se convirtió en una oportunidad para transformar su negocio y así consolidar “Nomade Bakery” que ya tiene más de 25 puntos de venta en Chillán.

Para muchos quizás era demasiado joven, para otros un poco soñador. Sin embargo, esos prejuicios alentaron aún más a Cristián Figueroa a continuar y trabajar para consolidar su panadería, negocio que si bien iba andando, necesitaba un empuje para seguir creciendo. Con ese objetivo, en 2018 el emprendedor de Chillán decidió postular con su negocio “Panadería Cristián Lo Trae” a la primera versión del concurso Impulso Chileno, de Fundación Luksic. Tenía 22 años y competía contra otros 8.000 emprendedores de todo el país.

Con una muy buena presentación y pitch a ojos del jurado y los asistentes de la primera gran final del concurso, Cristián se convirtió en uno de los grandes ganadores e incluso logró estar dentro de los 20 primeros lugares. Recibió financiamiento y acompañamiento académico durante 6 meses con la Escuela de Administración de la Universidad Católica.

“En Impulso Chileno conocí y aprendí de muchos emprendedores, hice grandes redes de apoyo y de contacto. Recibí muy buenos consejos de los mentores. Gané y pude financiar maquinarias, activos fijos y sobre todo aprender a hacer un modelo de negocio. Hoy lo que más destaco es la experiencia gracias a las mentorías”, dice Cristián. 

Esa experiencia, según dice, le enseñó a no decaer, ya que después de haber ganado Impulso Chileno, la situación económica fue muy difícil y afectó mucho su negocio, incluso llevándolo a perder gran parte de lo avanzado. Se vio en la obligación de partir de nuevo, pero como buen emprendedor, siguió trabajando y buscando nuevas oportunidades. Junto a su cuñado y ahora socio, Felipe Yáñez, empezaron nuevamente.

Poniendo en práctica lo aprendido, en julio de 2020 y a pesar de la constante amenaza de las cuarentenas, Cristián y su socio relanzaron la panadería, ahora llamada “Nomade Bakery”, con nuevas líneas de proceso, una línea original en productos de masa madre, además del pan tradicional con levadura, panes integrales y pan de semilla. 

Empezaron vendiendo entre 30 y 40 panes a la semana y de a poco ganando la confianza de la gente y dueños de locales, que preferían sus productos antes que ir al comercio tradicional. En tan solo cuatro meses, Cristián logró resultados sorprendentes: vender entre 400 y 500 panes a la semana en 25 puntos de venta de Chillán e incluso generar empleo ya que tuvo que contratar trabajadores. Sus clientes ahora pasarían a ser almacenes de barrio, emporios, verdulerías y cafés. De hecho, su principal cliente es la famosa hamburguesería local “Randys Burgers” de Chillán. 

Figueroa cuenta que las ventas han subido mucho y que con trabajo y dedicación han logrado hacerse conocidos en la zona  y sumar cada día más clientes. De hecho, Cristian está probando nuevas recetas para lanzar nuevos productos, aprovechando el crecimiento exponencial que ha tenido el negocio. De hecho, junto a su socio están postulando a un fondo Corfo para seguir escalando: “Pudimos pegarnos el salto. Ahora con Nomade Bakery nuestro objetivo es, dentro de las próximas semanas, cerrar nuevos puntos de venta en Concepción y en Los Ángeles. A futuro también queremos meternos en el mundo del retail”, comenta.