Las diseñadoras Claudia Gaete y Ximena Molina confeccionan muñecos educativos que sirven para la rehabilitación sicológica de niños, muchos de ellos han sufrido algún tipo de agresión dentro de su familia. “Mientras más pequeño es el niño, más se utiliza, porque tiene menos capacidad de hablar”, cuentan.

A simple vista son muñecos de trapo como cualquier otro. Pero lo que Trapolópolis puede lograr es mucho más que eso.

Este emprendimiento de las diseñadoras Claudia Gaete y Ximena Molina consiste en la confección de muñecos de terapia y rehabilitación sicológica de niños para lograr entrar en momentos difíciles de recordar, actuando como instrumento traductor de emociones.

“Mientras más pequeño es el niño, más se utiliza, porque tiene menos capacidad de hablar y para el menor el lenguaje es el juego”, explica Claudia. “Entonces, los profesionales que trabajan con niños lo ocupan como herramienta de diagnóstico y de diálogo y, a la vez, para tener una llegada menos agresiva con los niños que han sufrido algún tipo de agresión ya sea física, sicológica o hasta sexual”.

Para eso, tienen familias de diferentes tipos -unas más pequeñas y otras extendidas-, además de muñecos sexuados y embarazadas que están orientados a la educación sexual.

“Muchos de nuestros productos van a instituciones dependientes del Sename o a hogares. Dentro de este tipo de institución, el niño -ni sus padres- no eligió a ese psicólogo porque le dio confianza, sino que es el que le tocó. Y eso no siempre implica que haya cercanía o amistad, entonces se necesita un medio que trance entre esas dos personas”, cuenta la diseñadora.

Hace unos días, el emprendimiento recibió $ 10 millones (el premio máximo) de Impulso Chileno, otorgado por la Fundación Impulso Inicial en colaboración con la incubadora Socialab y la Escuela de Administración UC.

¿Qué papel cumplen los muñecos de terapia?

Son utilizados de distintas maneras, depende del niño y del tipo de profesional que los va guiando. Por ejemplo, hay algunos que los ocupan para diagnosticar solamente. Les presentan una familia típica (con abuelos, padres e hijos) y se los entregan a los niños para ver cómo van jugando e interrelacionando con los personajes y a veces emiten ciertos diagnósticos. Por otro lado, tenemos muñecos con partes anatómicas, como genitales, los que se ocupan para pericias sicológicas cuando se trata de menores que han sido agredidos sexualmente o también de manera más educacional, para enseñarles de sexualidad, familia, planificación familiar y cosas por el estilo.

¿Cómo ha sido la experiencia para los profesionales que los utilizan?

Nos han contado que algunos niños le arrancan las cabezas o que una niña se robó a la mamá. Todo eso tiene distintas lecturas, pero es entendible por la dinámica de la misma terapia. También nos cuentan cosas que son más chocantes, por ejemplo, algunos clientes nos han pedido una familia sin mamá y sin abuela, que no eran necesarias porque los abusadores en general son los papás, los abuelos y los tíos. Hay cosas bien fuertes.

Puedes comprar los muñecos Trapolópolis en su página web y en Instagram @trapolopolis