• Tras meses de prueba y largas jornadas en la cocina para encontrar la receta perfecta, hoy las paletas de Claudia Sepúlveda, ganadora de la segunda versión del concurso Impulso Chileno, triunfan con sus sabores en tres regiones del país: O’Higgins, Valparaíso y Metropolitana.

Pie de limón, nutella, pistacho, maracuyá y mango-naranja, son algunos de los sabores que Claudia Sepúlveda, desde Pirque, distribuye en distintos puntos de venta de las regiones Metropolitana, Valparaíso y de O’Higgins. 

Hace cinco años la dueña de Helados Bendita Fe, ganadora de la segunda versión del concurso Impulso Chileno de Fundación Luksic, tuvo la oportunidad de emprender, luego de casi 10 años de inestabilidad económica y dificultades personales. “Sabía que quería tener mi propio negocio en el área de alimentos. Investigué por todas partes para elegir un rubro y llegué a los helados. No tenía idea de cómo se hacían, pero tenía todas las ganas de salir adelante”, explica Claudia. 

Sin tener experiencia, la emprendedora compró moldes para armar las paletas y se puso manos a la obra. Pasó mucho tiempo haciendo prueba tras prueba, quemando artefactos, como la juguera, e invirtiendo miles de horas revolviendo los ingredientes en olla, hasta que de a poco fueron tomando forma y sabor. 

“Mis helados no tenían tecnología, no eran cremosos, pero eran ricos. Y yo creo que mis clientes en ese entonces valoraban eso, además me veían como una mujer bien apasionada y dispuesta a cumplir todos mis objetivos. Partí vendiendo 10 paletas cada semana”, indica la creadora de las paletas Bendita Fe. 

No fue un camino fácil. Con el tiempo los pedidos fueron aumentando ycon ello la necesidad de adquirir nueva maquinaria, también se hizo necesario  contar con un lugar especial para preparar los helados. Hasta ese momento, Claudia lo hacía todo en la pequeña cocina de su casa en Pirque, donde vive hace más de 20 años. 

Para concretar este crecimiento, la emprendedora y su marido se tuvieron que endeudar. “Pedimos un préstamo, pero las cosas no estaban resultando como yo esperaba, no teníamos dinero para pagar esa deuda y ya estaba cansada. Pensé que todo se derrumbaba otra vez”, cuenta Claudia.

Mientras estaba en un escenario de incertidumbre, y meses antes del estallido social, la emprendedora postuló a Impulso Chileno 2019. “Cuando me dicen que quedé seleccionada, me puse a llorar, no lo podía creer. Para mí hubo un antes y un después. Estaba a punto de bajar los brazos, pero Impulso Chileno cambió mi vida. Confiaron y creyeron en mí”, explica emocionada Claudia, quien recibió apoyo financiero y acompañamiento académico por parte de la Escuela de Administración de la Pontificia Universidad Católica y la Corporación Simón de Cirene para impulsar el crecimiento de su emprendimiento. 

La emprendedora destaca todo lo que aprendió durante su participación en el programa: “El equipo académico es lo máximo, cada uno especialista en su área. Este espacio también me permitió interiorizarme con el ecosistema del emprendimiento, ver que no estaba sola y compartir otras experiencias”. 

Actualmente Claudia vende más de 6.700 paletas a la semana, en más de 20 puntos de ventas, cantidad que logra con el apoyo de cuatro personas. Dos de ellas la ayudan con la elaboración de las paletas y el resto con el reparto. “Dar trabajo me enorgullece, a futuro me gustaría tener mi propio local y seguir brindando una oportunidad a más trabajadores”, dice la emprendedora, que preocupada de sus productos y cuidado del medio ambiente, utiliza envoltorios compostables, que compra a otra pyme chilena. 

Puedes conocer más de su negocio, puntos de ventas y sabores de sus paletas en la cuenta de Instagram: @helados_bendita_fe