• Aliwenko. Así se llama el emprendimiento ganador de Alba Santana que comenzó con el cuestionamiento del origen del agua embotellada, y que hoy gracias al apoyo del concurso de Fundación Luksic, tiene su planta de tratamiento. Además, el agua que no envasan, la donan para riego. Ya llevan más de 500.000 litros.  

 

 ¿Qué tan purificada será el agua envasada? ¿Qué tipo de plástico la protege? ¿Afectará el estado del agua al estar en contacto con ese plástico durante tantos meses? Esas fueron algunas de las preguntas que se hizo Alba Santana hace tres años, y que la impulsaron a crear su propia planta de tratamiento de agua y venta de este recurso para ofrecer a los habitantes y empresas de la Región Metropolitana bidones de agua purificada y libre de sodio, sarro y BPA. Ofrecen dispensadores eléctricos y con carga USB. 

Pasó mucho tiempo entre libros e internet para conocer sobre el verdadero proceso de agua y el funcionamiento de las plantas de tratamiento, además de información sobre los plásticos, ya que su mayor desilusión fue justamente eso: qué tan contaminante es el tipo de plásticos que se usan para las botellas de agua, tanto para el medio ambiente como para el ser humano, al consumir el líquido desde ese envase.

“Encontré donde vendían envases sin Bisfenol A (BPA) y empecé a visitar plantas, porque ya tenía las ganas de seguir aprendiendo para hacer algo diferente, hasta que me lancé sola con el emprendimiento de agua purificada, que en realidad nació por un espíritu de reciclaje y uso del plástico”, explica la ganadora de Impulso Chileno de la tercera edición en 2020. 

Cuando comenzaron con el negocio, era la propia Alba quien repartía los bidones, y como muchas mujeres de nuestro país, durante el día cuidaba a sus hijos y realizaba labores domésticas, y por las noches, cuando llegaba su esposo del trabajo, salía por la Región Metropolitana a repartir sus aguas. “Decía que el único horario que quedaba disponible era en la noche, así nadie sabía que en realidad era el único momento en que podía repartir”, comenta Alba entre risas. 

 Primero usaban las instalaciones de otra empresa, pero decidida a llevar adelante un emprendimiento amigable y responsable cien por ciento con el medio ambiente, buscó alternativas para construir su propio espacio de producción. Así fue como llegó a Impulso Chileno, concurso de Fundación Luksic que entrega apoyo económico y académico a emprendedores de todos las regiones del país desde 2018. Alba fue ganadora de la tercera versión en el año 2020 con su negocio llamado “Aliwenko”.

“Ganar Impulso Chileno ha sido genial. Primero que todo, fue como un respaldo a que nuestro proyecto era viable y que era una buena idea. Y el mejor regalo que pude haber recibido son las clases, la preparación que hay detrás, el apoyo con el mentor. Todo ha sido fundamental, ha significado un gran crecimiento para mí, tanto personal como profesional”, explica la emprendedora de la Región Metropolitana. 

Además, cuenta que “el dinero nos permitió empezar en grande desde el principio. Sin el premio todo el proceso hubiera sido más lento y no podríamos tener todas las herramientas y maquinarias para armar la planta que hoy tenemos, con todos sus funciones y beneficios para el planeta”.

Alba explica que, por ejemplo, para envasar 20 litros, se utilizan en total cerca de 43 litros de agua, por lo tanto, más de 20 se botan. “Es muchísima agua que se pierde, y potable, que se puede reutilizar para regar o en las obras de construcción. Es un tremendo desperdicio. Nuestro sello apunta a generar esa conciencia para que esa agua no termine en la basura”, dice la dueña de Aliwenko. 

En esa línea, y con el objetivo de aprovechar la mayor cantidad de este vital recurso, la empresa comenzó hace tres meses aproximadamente a donar el agua que no iban a utilizar al municipio de San Joaquín, quienes la usan para regar sus parques y plazas. “Ya llevamos más de 500 mil litros de aguas donados. Es una gran cantidad”, afirma Alba. 

Aliwenko es una empresa familiar, que reparte sus bidones de 10, 12 y 20 litros, en toda la Región Metropolitana, y que actualmente la integran cerca de seis personas. “Somos poquitos, pero poderosos”, asegura la emprendedora que busca ser un ejemplo para otras plantas de tratamiento y cada vez mejorar sus procesos productivos en pos del bienestar del medio ambiente con el uso del plástico y del agua. 

*Puedes conocer más de Aliwenko a través de su Instagram: @aliwenkoagua