La desarmaduría de lavadoras “Don Eddys”, obtuvo $ 5 millones y  seis meses de acompañamiento académico por parte de la Escuela de Administración de Pontificia Universidad Católica de Chile, al ser acreedora del segundo lugar en el concurso organizado por la Fundación Impulso Inicial, destaca el medio regional El Reportero de Iquique.

“Haber participado, la verdad, es que fue algo de otro mundo. Yo nunca en mi vida había viajado en avión, ni me había hospedado en un hotel. Fue una experiencia muy, pero muy linda. No me voy a olvidar nunca”, comienza relatando Susana Cortés sobre su reciente premio. “Igual, yo me había preparado mucho para mi presentación y siento que quedé en deuda. A pesar de que saque el segundo lugar, que es bueno y estoy feliz, no me dejó 100% satisfecha”, recuerda.

La desarmaduría de lavadoras “Don Eddys” surge del talento de Susana Cortés (43) y de su pareja Edison Riveros (32) por reparar cualquier tipo de artefacto dejándolos como nuevo. Así fue cómo estos iquiqueños se les ocurrió recolectar cosas en desuso, refaccionarlas, para luego venderlas. Al principio era lo que encontraran como sillas, comedores, microondas, hasta que dieron con su “huevo de oro” que supone la compra, venta, reciclado y reparación de lavadoras.

La mayoría de las lavadoras que les llegan a sus manos, son a través de gente en situación de calle, a quienes se les paga por cada una. Estas son lavadas completamente por dentro, las desinfectan, les sacan el sarro, las prueban hasta que funcionen bien, convirtiéndose en expertos en el tema. “Hoy, después de tres años, con sólo escucharlas puedo saber cuál es el problema que tienen y si vamos a poder arreglarlas”, añade Susana. En tanto, las que no se pueden refaccionar simplemente las reciclan; de ellas sacan cobre, aluminio, fierro y trabajan así la economía circular.

Gracias a esta microempresa y al ingenio de ambos, fueron acreedores del segundo lugar del concurso Impulso Chileno. “Con la plata, que son $ 5 millones, pienso invertirlos en un vehículo, que para mí es muy importante para crecer. En estos momentos estamos trabajando con una yegua con la que vamos a buscar y a dejar lavadoras o tenemos que estar pagando fletes. Y si queda algo, quiero arreglar el antejardín para hacer nuestra sala de ventas y atender a nuestros clientes”, explica la microempresaria.

El apoyo de expertos de la Escuela de Administración UC, es una de las cosas que más emociona a Susana: “yo llegué hasta cuarto medio, no tengo más estudios y esto me va a dar un plus para crecer con mi negocio. Estas mentorías son muy importantes para mí porque quiero aprender a cómo llevar mi negocio, voy a sacarle el máximo de provecho porque tengo muchas metas en mi mente”, concluye.

La gran final de Impulso Chileno se llevó a cabo en la Casona Santa Rosa de Apoquindo, donde se premió a los 60 ganadores de esta iniciativa que busca apoyar a los emprendedores para sacar adelante su idea o negocio. Hasta ese lugar llegaron, desde la sexta región, los padres y familiares de la pareja de Susana las cuales no veían hace más de cinco años. “Cuando nos dieron la posibilidad de invitar familiares, le dije que invitara a su familia que es Pichidegua en Rancagua. Entonces, que ese día de la presentación mi pareja viera a sus papás y hermanas, fue impagable. Es lo más lindo de ese momento y todo gracias a este evento y a este apoyo”, cuenta emocionada la emprendedora.

Los periodistas María Elena Dressel y Francisco Saavedra condujeron esta final, en la cual los 60 ganadores tuvieron que defender sus proyectos ante el jurado. Este estuvo formado por Andrónico Luksic y Paola Luksic, representando a la Fundación Impulso Inicial; Julián Ugarte de la incubadora Socialab; Carlos Díaz y Andrés Ibáñez de la Escuela de Administración de la UC; Alejandra Canessa y Juan Francisco Lecaros de la Corporación Simón de Cirene, que apoya a los emprendedores desde hace 23 años, junto a los ganadores de la primera versión de Impulso Chileno, Karina Riquelme con su proyecto de cosmetología “Tissé” y José Aravena premiado por su emprendimiento “Bolos de semillas”.

Esta segunda versión de Impulso Chileno mantuvo su principal foco y misión: dar una oportunidad a personas de todo el país que tengan un proyecto para emprender, pero que no han obtenido el apoyo necesario para sacarlo adelante.

Después de escuchar los diversos pitch, de 2 minutos duración, el jurado deliberó y al igual que en su primera edición, premió a los emprendedores con $ 360 millones para financiar sus emprendimientos en todo el país. Los primeros 20 proyectos con la mayor puntuación obtuvieron $ 10 millones para invertir en sus emprendimientos. Estos fueron secundados por otras 20 iniciativas que recibieron $ 5 millones y los 20 terceros recibieron $ 3 millones.